La Guelaguetza

La Guelaguetza (del zapoteco guendalizaa, "cooperar") es una celebración que tiene lugar en la ciudad de Oaxaca de Juárez, en el estado de Oaxaca, en México. Forma parte de los cultos populares a la Virgen del Carmen, razón por la cual se celebra los dos lunes más cercanos a la festividad católica de esta advocación mariana (el 16 de julio). También se conoce con el nombre de los lunes del Cerro, puesto que el corazón de la festividad es el cerro del Fortín, que domina el centro de la ciudad de Oaxaca. En su concepción más amplia, la Guelaguetza representa no sólo cooperar, sino toda una actitud o cualidad con la que se nace, el amor al prójimo de cada habitante zapoteca hacia sus hermanos, una actitud de compartir la naturaleza y la vida.


En esta celebración, participan grupos folclóricos de las ocho regiones del estado:

La Costa (solo en Guerrero se le llama Costa Chica)
Cañada
Tuxtepec
Mixteca
Sierra Sur
Sierra Norte
Valles Centrales

Istmo

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La Guelaguetza es una celebración que tiene lugar en la ciudad de Oaxaca de Juárez, en el estado de Oaxaca, en México.
Ubicación: Oaxaca, México
Fecha: Mes de julio
Significado: Cooperar/Dar/Compartir
Participantes: Danzantes de las diferentes regiones de Oaxaca
Tipo: multitudinaria
Comienzo: Tercer lunes del mes de julio, 10:00 horas

Término: Cuarto lunes del mes de julio, 17:00 horas

Fecha




La Guelaguetza se celebra cada año en los dos lunes después del 16 de julio, excepto cuando el primer lunes el 18 de julio, aniversario luctuoso de Benito Juárez. En ese caso, se posponen las celebraciones una semana y caen en 25 de julio y 1o de agosto (como ocurrió en 2005 y en 2011, aunque en 2005 no se respetó esta tradición, y se celebró el Lunes del Cerro el día 18).

También se le conoce como Guelaguetza al apoyo en especie (chile, maíz, frijol, etcétera), que se realiza en las comunidades cuando se realizan festividades. Este apoyo es recíproco, es decir, cuando se le brinda a la persona que lo requiere, esta está obligada a devolver el apoyo que se le dio. Las personas de las comunidades lo realizan como una forma de mostrar interés a sus costumbres o por lo que su familiar está haciendo o celebrando. Por lo regular, el apoyo de la Guelaguetza se da en las fiestas, al igual que en los velorios, solo que el apoyo cambia, es decir, las personas que lo reciben ya no están obligadas a devolverlo, pues se toma como una forma de demostrar el pésame por la persona fallecida. Guelaguetza es una palabra zapoteca que denota el acto de participar cooperando; es un don gratuito que no lleva consigo más obligación que la de la reciprocidad.

La Guelaguetza de los Lunes del Cerro se expresa en la ofrenda a la ciudad de Oaxaca que hacen grupos representativos de las ocho regiones tradicionales:

los Valles Centrales
la Sierra Juárez (Norte)
la Sierra Sur
la Cañada
Tuxtepec
la Mixteca
la Costa
el Istmo de Tehuantepec

Cada delegación presenta una muestra de su patrimonio cultural a través de bailes que ejecutan al son de la música y los cantos que les son propios, vistiendo indumentaria de gala de sus respectivos pueblos. Al terminar, cada grupo distribuye entre el público su Guelaguetza, compuesta por objetos característicos de sus respectivas regiones.




Danza y música


Los bailes y danzas de la región del Valle son la Danza de la Pluma y el Jarabe del Valle. De la Sierra Juárez, los Sones Serranos y el jarabe de la Botella. De Tuxtepec, la sorprendente Danza Flor de Piña, con sus más de veinte hermosas mujeres, que bailan energéticamente, hombro con hombro, en una sincronía llena de movimiento y color. De Huautla de Jiménez, los sones mazatecos. Pinotepa Nacional presenta bailables como Las Chilenas, La Malagueña y El Pandero. Huajuapan de León presenta el Jarabe mixteco, lleno de movimiento y energía entre una pareja. El Istmo de Tehuantepec presenta La Sandunga y La Tortuga. Ejutla de Crespo presenta El Jarabe Chenteño y El Palomo. Al cierre de la Guelaguetza, se presenta uno de los bailables más representativos de Oaxaca: la Danza de la Pluma, ejecutado por hombres con grandes penachos coloridos, también muy pesados, que se decoran con pequeños espejos y, en algunos casos, con imágenes religiosas.


Cada región lleva su propia banda de música. Se toca música en vivo durante todo el evento. La mayoría son bandas de viento, y tocan sus piezas mientras los bailarines presentan lo mejor de su región.3​



Origenes


Cintéotl o Centéotl, que en náhuatl significa “dios del maíz” o, más precisamente "energía del maíz", en la cultura mexica en ocasiones se considera un ser dual, hombre y mujer, o bien solo del sexo masculino; en sexo femenino, pasó a ser Chicomecóatl que, según la cosmogonía mexica, nació de la unión de Piltzintecuhtli, dios-energía de los temporales, y de Xochiquétzal, diosa-energía de la belleza, de las flores, de la juventud y de la fertilidad, patrona de las jóvenes, del embarazo, de los partos y de los oficios de las mujeres, que tras su nacimiento se refugió bajo la tierra y se convirtió en distintos sustentos; de entre ellos, el maíz divinizado. Entre sus diversos cultos, se le celebraba junto a Chicomecóatl, la diosa-energía de la agricultura, de las cosechas y de la fecundidad.


El origen de esta celebración proviene de los indígenas oaxaqueños, quienes veneraban a la "diosa-energía del maíz" Centéotl, por la que realizaban grandes honores, ofrendas y presidía las fiestas. Al llegar los españoles a esta tierra y establecer la religión cristiana, los monjes franciscanos y dominicos prohibieron las prácticas dedicadas a esta diosa-energía y construyeron el templo católico dedicado a la Virgen del Monte Carmelo -hoy templo del Carmen Alto-, y obligaron a los indígenas a rendir culto a la Virgen del Carmen.

Certamen

En este concurso, participan representantes de cada uno de los pueblos y etnias que conforman el estado de Oaxaca. No se busca premiar a la belleza o a la participante más talentosa, sino a aquella que, durante sus dos intervenciones, sea conocedora de los siguientes temas:

gastronomía
etnia
artesanías
fiestas tradicionales
costumbres y leyenda
La participante debe ir portando el traje típico de su región, o el más representativo, para que así el jurado calificador emita su veredicto basado en la convocatoria del año en curso. Una de las principales reglas es que las participaciones no excedan una duración de 4 minutos; otra es que la concursante en cuestión sea originaria de la etnia o pueblo que representa, y que durante toda su vida haya radicado en su lugar de origen.


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